viernes, 11 de septiembre de 2009

Breve relato urbano

Recomiendo leer lo que se encuentra a continuación escuchando esto:
The Fixer - Pearl Jam

El invierno azota los jardines de este agosto inconcluso. Las ventanas, opacas de tanto encierro, demuestran el frío que habita en las calles de Buenos Aires.

Los vendedores ambulantes son menos en ésta época, tal vez muchos de ellos estén bajo tierra trabajando por el pan de cada día en los pasillos de los subtes. Los valientes, los vendedores de maravillas por 2 pesos, enfrentan con hidalguía al despiadado viento que no les da tregua, día tras día, hora tras hora. Los bares son más acogedores también.

Las luces de bar son una magnífica noticia para el porteño, deambulante nocturno por excelencia. Siempre es importante la simpatía del cantinero, pero más importante es que haya café, cerveza y maníes. Lo demás, a esas alturas, poco importa.

Las prostitutas también se cuidan de este inquilino desagradable, que se mete por las rendijas de las puertas y silba por las noches cuando la ciudad está calma. Se sirven de tapados, de baja calidad por supuesto, para cubrir sus piernas y lograr un halo de misterio en los posibles (y de por más ardorosos) clientes.

Andrés

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