lunes, 9 de junio de 2008

Un espacio de desahogo...

Cómo olvidarme de mi viejo blog, de ese que no es tan viejo y que tengo hace un año mas o menos...
Cómo olvidarme de vos, pequeño espacio creado por mí y querido por tan pocas personas - aunque siempre pensé que la calidad es más importante que la cantidad.
Y terminando notas, rehaciendo cosas que están mal, extrañando a la mujer de mi vida, estoy aquí intentando responderme algunas preguntas...
Porque últimamente me quedo colgado pensando y pensando, maquinando y maquinando, que pasaría si... que sería si...
porque el tiempo de abstracción para una persona que le gusta leer es casi imprescindible, hasta podría dcir bíblico...
Y este espacio sigue siendo una brecha, entre lo que debo y lo que puedo escribir... tampoco puedo abstraerme demasiado ya que alguien me puso en la tierra y ahora no me voy de acá hasta que me muera... (espero que sea dentro de mucho tiempo)
Pero realmente no puedo escribir en este ámbito, muchas distracciones y la remera transpirada, el calor de los lugares cerrados cuando afuera hace mucho frío (tampoco tanto, aproximadamente 7º, me imagino a los esquimales riéndose de mi lustrosa fragilidad porteña) y eso puede provocar destrosos de tal índole que las personas mas recatadas pueden disgustarse...
Yo puedo reirme, puedo ponerme colorado, pero no me voy a ir. No pienso desaparecer porque tengo la remera con un poco de mi sal, de ese agua que emana mi cuerpo y que debe salir, sino es retención de líquidos dirían algunos adictos a Cormillot.
Pero bueno, no sé qué es lo que busco con esto.
Tampoco vos, que leíste esto...
Narciso Humilde